En el escenario actual, donde la fiscalización tributaria en Chile se ha fortalecido mediante la Ley N° 21.713 (24 de octubre de 2024), la figura del Asesor Tributario para su Planificación Tributaria adquiere una relevancia central, tanto para empresas como para personas naturales. No se trata únicamente de “optimizar impuestos”, sino de asegurar que cada decisión y cada operación se enmarquen dentro de la legalidad, evitando contingencias que pueden traducirse en multas, intereses e incluso responsabilidad solidaria.

Marco normativo: la planificación bajo estricta legalidad

La Ley 21.713 reforzó el régimen antielusivo en el Código Tributario (DL 830/1974), estableciendo expresamente que:

Existe elusión cuando mediante actos o negocios jurídicos, con abuso o simulación, se evita la configuración de hechos imponibles tributarios.
En caso de abuso o simulación, el Servicio de Impuestos Internos (SII) podrá exigir no solo el pago de los tributos omitidos, sino también la multa establecida en el artículo 100 bis del Código Tributario.
Estos procedimientos deben ser conocidos y resueltos por los Tribunales Tributarios y Aduaneros, a requerimiento del Director del SII.

De esta manera, la planificación tributaria deja de ser un terreno de creatividad ilimitada para transformarse en un espacio que exige conocimiento técnico y apego irrestricto a la ley.

Responsabilidad y solidaridad en el pago de tributos y sanciones

Otro aspecto crítico, muchas veces pasado por alto, es la responsabilidad solidaria que la normativa reconoce en ciertos casos:

En materia de IVA, las comunidades y sociedades de hecho establecen expresamente que sus socios o comuneros responden solidariamente de las obligaciones tributarias que les afecten.
En el ámbito civil y comercial, esta solidaridad encuentra respaldo en el Código de Comercio (art. 4 y siguientes) y en el Código Civil (DFL 1/2000, art. 14 y siguientes), que obligan a cumplir las normas legales de manera estricta.

Esto significa que, si en una fiscalización se determina que existió dolo, abuso o simulación, los socios, representantes legales o incluso asesores que hayan participado en la maniobra pueden llegar a responder junto al contribuyente principal.

El rol del asesor tributario

Frente a este panorama, el asesor tributario cumple una función esencial:

Diseñar estrategias de cumplimiento que consideren no solo los beneficios tributarios disponibles, sino también los riesgos de fiscalización.
Asegurar la trazabilidad y sustento legal de cada operación, especialmente en actos que puedan ser calificados como elusivos.
Prevenir la aplicación de multas y sanciones, resguardando no solo la continuidad de la empresa, sino también el patrimonio personal de socios y directivos.

En definitiva, la planificación tributaria responsable no es un lujo, sino una necesidad para resguardar tanto la viabilidad económica como la reputación de empresas y personas.

Claudio Alarcón Arriagada
Gerente General de Consultora Legal
Abogado | Contador Auditor | Ingeniero en Información y Control de Gestión | Magíster en Gestión y Planificación Tributaria